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Los Tigres de la UANL tuvo una mala noche en el Estadio Universitario, al no poder descifrar al Morelia, y terminar por caer 3-0 ante los Monarcas.
Los primeros 45 minutos nuestro equipo apareció poco en la cancha del Estadio Universitario, al tener frente a ellos a un Morelia que supo tocar el balón, y más aún, definir al momento oportuno.
Ante la ausencia de Itamar Batista, el técnico Daniel Guzmán se decidió por meter a Francisco Fonseca, quien poco pudo hacer en el ataque de Tigres, donde tuvo como cómplice a Lucas Lobos.
Ambos se vieron voluntariosos, pero tuvieron poco el balón, y si bien el Morelia tenía posesión, en los primeros 10 minutos el duelo era en la media cancha.
Sin embargo a los 15 minutos, una pared en el área que terminó por centrar por la izquierda Miguel Sabah, encontró a Elías Hernández a segundo poste para cerrar e inaugurar el marcador. Era el 1-0.
Después del gol Morelia fue por más, tocando la puerta de Tigres, pero encontrando a un Cirilo Saucedo que comenzó a ser el hombre más importante de nuestro equipo en la cancha.
Incluso, a los 23’, 35’ y 43’ el arquero de Tigres le quitó el gol a los visitantes, pero a los 38’ no pudo evitar el segundo, cuando a primer palo por la derecha cerró Sabah ante la marca de Fernando Ortiz para anidar el esférico entre el poste y el arquero. Era el 2-0.
La noche se vino rápido para Tigres, por lo que había que buscar reaccionar, y en eso se basaron los movimientos del técnico Daniel Guzmán, al sacar a González Tahuilán y Nagamura, para meter a Alan Pulido y Everton Cardoso.
Esos cambios le dio mayor dinámica, al menos en el arranque del segundo tiempo, donde la actitud de Tigres fue otra, sobre todo al buscar el arco rival.
Tigres intentó ser ofensivo, lo comenzó a ser y llegó a preocupar el arco de Moisés Muñoz, pero las precipitaciones estaban haciendo que “Kikin” y Everton cayeran en fuera de lugar en jugadas con opción de gol.
Pulido, quien vio su debut en la Primera División, puso voluntad para tratar de ayudar, pero al paso de los minutos poco pudo hacer en la cancha.
Pese a todo, y estar abajo en el marcador, la afición se le brindó al equipo, haciendo la ola y levantando el grito de “Tigres, Tigres”, pero después el encantó se fue apagando.
Sobre todo a los 71 minutos, cuando Gabriel Pereyra, quien recién había entrado de cambio, y en aparente fuera de lugar, entró por la izquierda y ante la salida de Cirilo tocó a la red para el 3-0 definitivo.
Después de ahí Tigres se vio más desesperado, con algunos intentos y opciones de gol en el área, pero sin llegar a tener éxito.
Al final se suma el séptimo partido sin ganar y se mantiene el triunfo alejado del Estadio Universitario.