W. Mantegazza

Walter Daniel Mantegazza fue el hombre-gol del primer gran Campeonato de Liga de 1977-78 y quedó registrado como uno de los más sobresalientes "monstruos sagrados" en la historia de los Tigres.

Nacido el 17 de junio de 1952 en Montevideo, Walter Daniel Mantegazza González se inició en el Club Nacional de su Uruguay, a donde fue llevado por el buscador José Vitureira.

Tras jugar en cuarta y quinta divisiones, debutó en Primera División a los 17 años con el mismo Nacional y su calidad lo llevó muy pronto a la Selección de su patria.

El desaparecido técnico charrúa Washington "Pulpa" Etchamendi lo recomendó para jugar en México, a donde llegó la temporada 1976-77 al León.

Con La Fiera sólo estuvo esa campaña, pues fue apalabrado para vestir la camiseta del Monterrey, junto con el central argentino Osvaldo Batocletti.

Sin embargo, la operación cambió de rumbo cuando su gestor, Miguel Gómez Collado, fue desligado del club blanquiazul como vicepresidente y pasó a los Tigres con igual cargo.

Entonces, Mantegazza y Batocletti firmaron con el equipo felino, donde fueron baluartes para conquistar el primer título de Liga en 1977-78 y para cimentar igualmente la "Epoca de Oro" de la escuadra universitaria.

Cuando llegó el uruguayo, en algunos sectores se cuestionó su contratación pues lo consideraban ya veterano por la incipiente caída de su pelo.

Sin embargo, Mantegazza demostró con creces su fuerza y contundencia tan pronto empezó a jugar con la Piel del Tigre.

El charrúa era mediocampista armador, pero aquí Carlos Miloc lo utilizó como centro delantero retrasado ("nueve y medio", como se estila ahora) y en ese puesto encontró una productividad increíble.

Nadie mejor que Roberto Gómez Junco para definir las características de "Dani" Mantegazza, como lo hizo en 1991:

"Para describir en pocas palabras la capacidad futbolística del mediocampista charrúa, yo diría que no he visto en el balompié azteca a otro jugador que reúna esa combinación de fuerza, habilidad y contundencia, a un nivel tan alto como lo hacía Walter Daniel Mantegazza".

La descripción vino a colación porque en julio de ese año se informó que Mantegazza había muerto en su natal Uruguay.

Sin embargo, años después se comprobó que todo fue un error, pues el propio Dani habló a Monterrey por teléfono con su ex-técnico y paisano Carlos Miloc.

El debut de Walter Daniel Mantegazza con el uniforme auriazul fue el 13 de agosto de 1977 en la octava edición del Clásico contra Monterrey, cuando los Tigres rompieron la "jettatura" blanquiazul al ganar 1-0 con gol de Geraldo Concordia "Iaúca" o "El Artillero del Diablo".

Por cierto, en ese juego se dio el extraño caso de que los Tigres actuaran como locales en el Estadio Tecnológico, porque se arreglaba el Universitario con miras al Pre-Mundial de 1977.

El primer gol de Mantegazza como felino lo anotó la décima jornada del Torneo 77-78 en el triunfo de 2-0 sobre Laguna en Torreón con otro tanto de Ernesto "Burro" Sánchez.

Esa campaña, el poderoso charrúa fue líder anotador del equipo con 12 dianas y en la liguilla titular fue el auténtico hombre-gol que elevó a los Tigres hacia la gloria del campeonato.

En el primer juego metió la diana del triunfo 1-0 sobre los Tecos; luego le hizo dos al Cruz Azul en la goleada de 3-0; dos a los Pumas (Tigres 2-0) y otro más a los mismos unamitas en el empate 1-1 decisivo para conquistar el cetro en México.

Fueron precisamente los Pumas sus clientes preferidos, pues les metió seis goles en las dos campañas que jugó con la Piel del Tigre.

Al Monterrey le metió tres dardos en los Clásicos, pues hizo dos en la novena edición cuando los Felinos ganaron 4-2 y enfilaron en definitiva hacia la clasificación y posterior coronamiento y otro en el triunfo de 1-0 en la liguilla 78-79.

En 1978-79, Mantegazza repitió como líder goleador con 13 anotaciones y de nuevo fue puntal en lo que ha sido la mejor temporada de los Tigres en toda su historia.

Aunque no ganaron el campeonato, ese torneo los Felinos conquistaron 48 puntos y fueron sublíderes de la clasificación general.

Sin embargo, en la recta final un "slump" del Dani influyó en el declive de los Bengaleses, que marchaban como grandes favoritos para conquistar el bicampeonato.

En la jornada 30, el charrúa llevaba ya 12 goles pero en los ocho restantes solamente metió uno, cuando los felinos ya estaban destanteados e incluso fueron goleados 5-3 por el Potosino en CU.

De todos modos, los Tigres clasificaron a la liguilla, aunque no pudieron llegar a la "Finalísima" por mejor diferencia de goleo de los Pumas.

En el partido decisivo, necesitaban golear 4-0 pero sólo ganaron 2-0 a los unamitas con goles de Roberto Gómez Junco y del propio Mantegazza en el Universitario el 23 de junio de 1979.

Ese fue el último gol y el último juego del charrúa con los Tigres, con quienes dejó su recuerdo de "monstruo sagrado" y auténtico hombre-gol de su primer gran campeonato de Liga.