Mateo Bravo
Era el arquero reservista y de la banca vino para convertirse en el artífice de un título histórico que lograron los Tigres.
Mateo Bravo Carrillo se convirtió en héroe inolvidable en la historia de los Tigres, con quienes fue portero titular las dos veces que se coronaron Campeones de Liga.
Conocido para la posteridad como "San Mateo", "El Portero Volador" o el "Parador de Penales", el guardameta fue básico en las sendas máximas conquistas del equipo universitario.
Nacido el 31 de mayo de 1949 en el Distrito Federal (acaba de celebrar su cumpleaños), Mateo se inició como extremo izquierdo en las Reservas de los Pumas, donde estuvo tres años, y luego pasó a las del América.
Durante una gira por Chiapas, se lesionaron los dos porteros del equipo y Mateo se habilitó como arquero, puesto que lo elevaría después a las máximas cumbres de la gloria.
En 1968 fue considerado el Mejor Portero Juvenil del Torneo de los Barrios organizado por un periódico capitalino y en 1969 fue llamado a la Selección Nacional Juvenil.
En el Torneo de la Concacaf, México empató sin goles con Bermudas pero, como no había serie de penales, el campeonato se decidió en un "volado" que perdieron los tricolores.
Su debut en el futbol profesional fue con el Pachuca en 1971, donde el ex-técnico del Monterrey, el argentino Enrique Alvarez Vega, le dio la oportunidad de iniciarse en la Primera División.
Con los Tuzos descendió en 1973-74 y a la siguiente campaña fue adquirido por los Tigres, quienes debutarían en el máximo circuito esa temporada 74-75 precisamente.
Su presentación con la Piel del Tigre fue el 25 de julio de 1974 en un juego internacional que empataron 1-1 con el Werder Bremen de Alemania en C.U., con goles de Marcos Menéndez y Braxd, por los teutones.
Mateo entró en el segundo tiempo por José Luis Brizuela.
En la Liga debutó la cuarta jornada, tras de que Brizuela se dislocó el dedo meñique en San Luis Potosí, donde el Potosino vapuleó 4-1 a los auriazules.
Ya para la octava fecha, Mateo era titular porque Brizuela sufrió una tremenda baja de juego, pero en la recta final Enrique "Ojitos" Meza se adueñó de la portería.
Casi toda su carrera con los Tigres, Mateo fue suplente. Sin embargo, apareció en los momentos culminantes de la historia para realizar increíbles hazañas que le dieron la inmortalidad.
Pilar Reyes era entonces el portero número uno de México y, por tanto, acudió al Campeonato Mundial de Argentina en 1978, precisamente cuando los Tigres se aprestaban a disputar el campeonato.
Entró Mateo Bravo al quite y sobresalió en toda la liguilla donde los Tigres eliminaron a los favoritos Tecolotes con global de 4-2 y al Cruz Azul 3-1.
En la Gran Final vencieron 2-0 a los Pumas en CU y empataron 1-1 allá para conquistar el primer cetro de Liga de sus anales con Carlos Miloc como técnico.
Cuatro años después se repitió la historia, pero de una forma por demás inverosímil.
La temporada 1981-82, se lesionó Pilar y Mateo entró a la titularidad en la etapa decisiva del torneo regular.
Ahora, su participación fue decisiva en la conquista del segundo título de Liga porque tuvo relevantes actuaciones que le valieron el imborrable mote de "San Mateo".
Los Tigres empezaron eliminando a los Leones Negros de la UdeG con empate 1-1 allá y triunfo de 2-1 en C.U.
Luego vencieron 2-0 al América con goles de Sergio Orduña y Osvaldo Batocletti y en el Azteca, aunque perdieron 1-0, Mateo realizó atrapadas sensacionales que decidieron la clasificación a la Gran Final.
El Atlante era súper favorito. Pero los Tigres desbarataron todos los pronósticos, incluso desde el mismo primer juego de la "Finalísima".
En ese partido, Eduardo Moses por Atlante y Tomás Boy por los Tigres, tenían empatado el marcador 1-1 y todo indicaba que así terminaría.
Sin embargo, ya con cuatro minutos de compensación, Batocletti envió un centro del cual se colgó el arquero Ricardo LaVolpe, sólo que, ya caído, Barbadillo le robó el balón, lo cedió a Geraldo Goncálvez y éste metió el gol que sembró el paroxismo en el Universitario.
Un gol no era gran desventaja para un equipo como el Atlante, que tenía un estelar en cada puesto. Así que su favoritismo seguía siendo absoluto.
Y más se ratificó cuando a los 53 minutos fue expulsado Enrique Ramón Bastos y los Tigres jugaron el resto con sólo 10 hombres en el Estadio Azteca.
A los 84 minutos, Cabinho metió el gol que empató el marcador global y, con los Potros encima, todo indicaba que en cualquier momento conseguirían el campeonato.
Pero no fue así. Los Tigres se defendieron con todo, incluso con tacleadas y artimañas, mantuvieron el empate y forzaron los tiempos extra y serie de penales.
Y aquí apareció la santidad de Mateo. Por Atlante Rubén Ayala echó fuera el primer disparo y a Salvador Carrillo se lo detuvo LaVolpe.
"El Portero Volador" paró consecutivamente los envíos de Sergio Lira y Eduardo Moses decretando la conquista del campeonato para los Tigres, por quienes anotaron Goncálvez, Barbadillo y Orduña. LaVolpe metió el único de los atlantistas.
Aquella proeza de "San Mateo" tal vez le trajo recuerdos de cuando detuvo su primer penal con el Pachuca. Se lo paró a su posterior compañero felino Héctor Eugui, entonces del Toluca.
Y, al terminar su carrera, manifestaba que paró alrededor de 40 penas capitales.
Entre esas detenciones sobresalió una que abrillantó la historia de los Clásicos regiomontanos.
En la edición 22, Pilar Reyes fue expulsado cuando cometió faul y penal sobre Miguel Angel Torres en el Estadio Universitario. Entró Mateo Bravo... íy le detuvo el tiro a Paco Romero!
Al final, los Tigres ganaron 2-0 al Monterrey con golazos de Tomás Boy y Carlos Muñoz y esa increíble aparición de "San Mateo" en la puerta universitaria.
"El Portero Volador" fue tricampeón con los Tigres, aunque en la Copa de 1975-76 no vio acción.
Su carrera como felino terminó en 1986 cuando pasó a las Cobras de Querétaro y en 1987 al Atlante, equipo al que le había destrozado sus ilusiones campeoniles.
Regresó a su casa auriazul para convertirse en entrenador de porteros de las Fuerzas Básicas e incluso fue director técnico interino cuando suplió a Paco Avilán la temporada 1993-94.
Mateo Bravo Carrillo se convirtió en héroe inolvidable en la historia de los Tigres, con quienes fue portero titular las dos veces que se coronaron Campeones de Liga.
Conocido para la posteridad como "San Mateo", "El Portero Volador" o el "Parador de Penales", el guardameta fue básico en las sendas máximas conquistas del equipo universitario.
Nacido el 31 de mayo de 1949 en el Distrito Federal (acaba de celebrar su cumpleaños), Mateo se inició como extremo izquierdo en las Reservas de los Pumas, donde estuvo tres años, y luego pasó a las del América.
Durante una gira por Chiapas, se lesionaron los dos porteros del equipo y Mateo se habilitó como arquero, puesto que lo elevaría después a las máximas cumbres de la gloria.
En 1968 fue considerado el Mejor Portero Juvenil del Torneo de los Barrios organizado por un periódico capitalino y en 1969 fue llamado a la Selección Nacional Juvenil.
En el Torneo de la Concacaf, México empató sin goles con Bermudas pero, como no había serie de penales, el campeonato se decidió en un "volado" que perdieron los tricolores.
Su debut en el futbol profesional fue con el Pachuca en 1971, donde el ex-técnico del Monterrey, el argentino Enrique Alvarez Vega, le dio la oportunidad de iniciarse en la Primera División.
Con los Tuzos descendió en 1973-74 y a la siguiente campaña fue adquirido por los Tigres, quienes debutarían en el máximo circuito esa temporada 74-75 precisamente.
Su presentación con la Piel del Tigre fue el 25 de julio de 1974 en un juego internacional que empataron 1-1 con el Werder Bremen de Alemania en C.U., con goles de Marcos Menéndez y Braxd, por los teutones.
Mateo entró en el segundo tiempo por José Luis Brizuela.
En la Liga debutó la cuarta jornada, tras de que Brizuela se dislocó el dedo meñique en San Luis Potosí, donde el Potosino vapuleó 4-1 a los auriazules.
Ya para la octava fecha, Mateo era titular porque Brizuela sufrió una tremenda baja de juego, pero en la recta final Enrique "Ojitos" Meza se adueñó de la portería.
Casi toda su carrera con los Tigres, Mateo fue suplente. Sin embargo, apareció en los momentos culminantes de la historia para realizar increíbles hazañas que le dieron la inmortalidad.
Pilar Reyes era entonces el portero número uno de México y, por tanto, acudió al Campeonato Mundial de Argentina en 1978, precisamente cuando los Tigres se aprestaban a disputar el campeonato.
Entró Mateo Bravo al quite y sobresalió en toda la liguilla donde los Tigres eliminaron a los favoritos Tecolotes con global de 4-2 y al Cruz Azul 3-1.
En la Gran Final vencieron 2-0 a los Pumas en CU y empataron 1-1 allá para conquistar el primer cetro de Liga de sus anales con Carlos Miloc como técnico.
Cuatro años después se repitió la historia, pero de una forma por demás inverosímil.
La temporada 1981-82, se lesionó Pilar y Mateo entró a la titularidad en la etapa decisiva del torneo regular.
Ahora, su participación fue decisiva en la conquista del segundo título de Liga porque tuvo relevantes actuaciones que le valieron el imborrable mote de "San Mateo".
Los Tigres empezaron eliminando a los Leones Negros de la UdeG con empate 1-1 allá y triunfo de 2-1 en C.U.
Luego vencieron 2-0 al América con goles de Sergio Orduña y Osvaldo Batocletti y en el Azteca, aunque perdieron 1-0, Mateo realizó atrapadas sensacionales que decidieron la clasificación a la Gran Final.
El Atlante era súper favorito. Pero los Tigres desbarataron todos los pronósticos, incluso desde el mismo primer juego de la "Finalísima".
En ese partido, Eduardo Moses por Atlante y Tomás Boy por los Tigres, tenían empatado el marcador 1-1 y todo indicaba que así terminaría.
Sin embargo, ya con cuatro minutos de compensación, Batocletti envió un centro del cual se colgó el arquero Ricardo LaVolpe, sólo que, ya caído, Barbadillo le robó el balón, lo cedió a Geraldo Goncálvez y éste metió el gol que sembró el paroxismo en el Universitario.
Un gol no era gran desventaja para un equipo como el Atlante, que tenía un estelar en cada puesto. Así que su favoritismo seguía siendo absoluto.
Y más se ratificó cuando a los 53 minutos fue expulsado Enrique Ramón Bastos y los Tigres jugaron el resto con sólo 10 hombres en el Estadio Azteca.
A los 84 minutos, Cabinho metió el gol que empató el marcador global y, con los Potros encima, todo indicaba que en cualquier momento conseguirían el campeonato.
Pero no fue así. Los Tigres se defendieron con todo, incluso con tacleadas y artimañas, mantuvieron el empate y forzaron los tiempos extra y serie de penales.
Y aquí apareció la santidad de Mateo. Por Atlante Rubén Ayala echó fuera el primer disparo y a Salvador Carrillo se lo detuvo LaVolpe.
"El Portero Volador" paró consecutivamente los envíos de Sergio Lira y Eduardo Moses decretando la conquista del campeonato para los Tigres, por quienes anotaron Goncálvez, Barbadillo y Orduña. LaVolpe metió el único de los atlantistas.
Aquella proeza de "San Mateo" tal vez le trajo recuerdos de cuando detuvo su primer penal con el Pachuca. Se lo paró a su posterior compañero felino Héctor Eugui, entonces del Toluca.
Y, al terminar su carrera, manifestaba que paró alrededor de 40 penas capitales.
Entre esas detenciones sobresalió una que abrillantó la historia de los Clásicos regiomontanos.
En la edición 22, Pilar Reyes fue expulsado cuando cometió faul y penal sobre Miguel Angel Torres en el Estadio Universitario. Entró Mateo Bravo... íy le detuvo el tiro a Paco Romero!
Al final, los Tigres ganaron 2-0 al Monterrey con golazos de Tomás Boy y Carlos Muñoz y esa increíble aparición de "San Mateo" en la puerta universitaria.
"El Portero Volador" fue tricampeón con los Tigres, aunque en la Copa de 1975-76 no vio acción.
Su carrera como felino terminó en 1986 cuando pasó a las Cobras de Querétaro y en 1987 al Atlante, equipo al que le había destrozado sus ilusiones campeoniles.
Regresó a su casa auriazul para convertirse en entrenador de porteros de las Fuerzas Básicas e incluso fue director técnico interino cuando suplió a Paco Avilán la temporada 1993-94.
Pachuca |
Tigres UANL | Cobras |
Temporada 1971-1972 - Temporada 1973-1974 |
Temporada 1974-1975 - Temporada 1985-1986 |
Temporada 1986-1987 |
Atlante |
||
Temporada 1987-1988 |
- 1 Copa México 1975-1976 (Tigres)
- 2 Ligas mexicanas - Temporada 1977-1978 y Temporada 1981-1982 (Tigres)